Me lo mandó Daniela Molina al mail.
La Perseverancia
Hablar de la palabra "Correr" no he emociona a muchos, es peor que comer hígado o estudiar matemática o contabilidad, ¡cosa que muchas personas detestan!, pero nunca olvidaré la vez que tuve que participar en una carrera hace varios años.>>
Se trataba de una carrera interbancaria de 5 kilómetros, y existía mucha rivalidad entre los bancos y me inscribí, tenia mucho tiempo que no corría, pero como era para ganar, y determinar quien de todos de los bancos eran los mejores, decidí participar. Miré a los que iban a correr conmigo: todos hacían ejercicios, estiraban los músculos en preparación para la competencia. Apenado, quise imitarlos para no verme tan fatal, pero pronto descubrí que a mi cuerpo no le gustaba estirarse, así que desistí; después de todo ¡quedaría en peor ridículo si me deshidrataba antes de empezar la carrera! y una sonrisa un tanto insegura. Sentí que se me estrujaba el estómago ..Quizá no debía haber comido. A partir de ese momento no recuerdo muchos detalles. Parece que de alguna manera, logré terminar la carrera, si fue caminando, rodando o de rodillas, no lo sé; pero sí llegué... y llegue en un quinto lugar pero que experiencia más horrible participar sin tener una preparación es fatal y sobre todo exponiendo mi físico…
El autor de hebreos compara la vida cristiana con una carrera de perseverancia que no siempre será fácil. Nos pinta la escena de un gran coliseo lleno de espectadores, los héroes de la fe, que nos miran detenidamente, anticipando nuestro turno de llevar la estafeta que nos ha sido entregada. También nos da unas claves que, como jóvenes, tú y yo podemos aplicar a nuestras vidas.
La Perseverancia
Hablar de la palabra "Correr" no he emociona a muchos, es peor que comer hígado o estudiar matemática o contabilidad, ¡cosa que muchas personas detestan!, pero nunca olvidaré la vez que tuve que participar en una carrera hace varios años.>>
Se trataba de una carrera interbancaria de 5 kilómetros, y existía mucha rivalidad entre los bancos y me inscribí, tenia mucho tiempo que no corría, pero como era para ganar, y determinar quien de todos de los bancos eran los mejores, decidí participar. Miré a los que iban a correr conmigo: todos hacían ejercicios, estiraban los músculos en preparación para la competencia. Apenado, quise imitarlos para no verme tan fatal, pero pronto descubrí que a mi cuerpo no le gustaba estirarse, así que desistí; después de todo ¡quedaría en peor ridículo si me deshidrataba antes de empezar la carrera! y una sonrisa un tanto insegura. Sentí que se me estrujaba el estómago ..Quizá no debía haber comido. A partir de ese momento no recuerdo muchos detalles. Parece que de alguna manera, logré terminar la carrera, si fue caminando, rodando o de rodillas, no lo sé; pero sí llegué... y llegue en un quinto lugar pero que experiencia más horrible participar sin tener una preparación es fatal y sobre todo exponiendo mi físico…
El autor de hebreos compara la vida cristiana con una carrera de perseverancia que no siempre será fácil. Nos pinta la escena de un gran coliseo lleno de espectadores, los héroes de la fe, que nos miran detenidamente, anticipando nuestro turno de llevar la estafeta que nos ha sido entregada. También nos da unas claves que, como jóvenes, tú y yo podemos aplicar a nuestras vidas.
- Quitemos todo peso."...Despojándonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante..." (Hebreos 12:1) Este punto es lógico. Sería muy raro que alguien corriera una carrera con sombrero de charro, botas de esquiar y el lavamanos de la cocina amarrado a la espalda. Sin embargo, muchos cristianos tratan de llevar la vida cristiana llenos de cargas. Unos están tan aplastados que apenas pueden caminar. ¿Qué es lo que te detiene a ti? ¿Los amigos, la novia, algún pecado? ¡Quitémonos todo peso! Satanás estaría muy satisfecho con ver a los cristianos corriendo a media la carrera por ir llenos de cargas y pecados. Reflexionemos y despojémonos de todo peso.
- "Puestos los ojos en Jesús..." (Hebreos 12:2) Alguien me dijo una vez: "En donde pongas la mirada, estará tu atención." Es muy cierto. Yo lo intenté una vez con un predicador que...pues, por no decir que era aburrido, era...eh, mmm...este... ¡pues, sí. Era muy aburrido!, pero descubrí que si mantenía la mirada fija sobre él, resultaba mucho más fácil prestarle toda mi atención. En nuestra vida cristiana caemos en la trampa de clavar la mirada en las cosas que están a nuestro alrededor: el examen que tengo para mañana, la ropa que necesito, la muchacha que vi. en la iglesia el otro día de ojos verdes y una sonrisa que... ¡bueno, tú entiendes! ¡Es tan fácil tener los ojos puestos en nuestro alrededor y perder el enfoque en Jesús! A una persona que no tiene sus ojos puestos en El, todas las cosas del mundo le resultan tan importantes, pero cuando el enfoque permanece en el Señor, todo lo demás se vuelve borroso, los problemas pierden la gravedad y la carrera no se hace tan larga.
- "Considerad a aquél que sufrió..." (Hebreos 12:3) El cristiano siempre debe estar conciente de lo que hizo Jesús. "Considerad a aquél que sufrió... para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar." (Hebreos 12:3). Escucha la voz del autor de hebreos. Cuando te desanimes, acuérdate de aquél que corrió antes de ti. Cuando se te cansen los brazos, ¡acuérdate! Cuando sientas no poder más, ¡acuérdate! Cuando la situación parezca imposible, ¡acuérdate! Recuerda que El no se dio por vencido, que cargó la cruz hasta el final, que cuando no podía más, sacando fuerzas de flaqueza, halló el amor suficiente para quedarse en la cruz.
¡No te desanimes! ¡Recuerda! y sobre todo, ¡corre con animo y perseverancia la carrera que tienes por delante.
TEN BUEN DIA
2 comentarios:
Pues me cuesta verlo. Sólo veo una cruz por cargar. Sin embargo, me he esforzado por entender todo esto, y parece que ya descubrí mi motivación central. Luego publicaré eso.
Una carrera contra uno mismo.
Esa ya la he corrido por mucho tiempo...
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