Me dí cuenta hace algunos días atrás que no sacaba nada con seguir sufriendo en balde, tratando de eliminar el dolor que siento.
Aprendí que es mucho mejor aceptar el dolor, y llevarlo junto conmigo sin negarlo hasta que Dios disponga el momento en el cual sanará totalmente.
Se puede decir de cierto modo que la herida abierta es ahora una cicatriz...
No sé bien si aún sangra.
Más no quiero quedar paralizado y continuaré mi camino con ella.
Así como Cristo lleva en sus manos los forados de aquéllos enormes clavos.
¿Y para qué sucedió todo esto?
¿Qué puedo hacer con esta experiencia?
En el post de más abajo, aparece una respuesta.
Aprendí que es mucho mejor aceptar el dolor, y llevarlo junto conmigo sin negarlo hasta que Dios disponga el momento en el cual sanará totalmente.
Se puede decir de cierto modo que la herida abierta es ahora una cicatriz...
No sé bien si aún sangra.
Más no quiero quedar paralizado y continuaré mi camino con ella.
Así como Cristo lleva en sus manos los forados de aquéllos enormes clavos.
¿Y para qué sucedió todo esto?
¿Qué puedo hacer con esta experiencia?
En el post de más abajo, aparece una respuesta.
2 comentarios:
Me quedé pensando Jaime...
Pero es verdad.
Al final las herdidas profundas cicatrizan, siempre queda algo de ellas, pero de ese mismo dolor puedo decir: Gracias Dios por amarme!!!!
Sufriste lo que nadie ha sufrido nunca, por mí y todo dolor me hace más fuerte, fuerte en ti, gracias por lo malo que he tenido que vivir!.
Ya no es malo por tu amor, tu amor inmenso, tu amor me hace fuerte cada día.
Gracias Jehová
Saludos jaime
Lindo todo lo que escribiste*
y como te digo sirve para que nos conozcamos más a nosotros mismos :)
Veo que Dios esta tratando con tu corazón... eso es poderoso!!!
Si Dios se interesa tanto por nosotros es porque nos ama...!!!
que TOP!
Me uno a la gratitud por tener un Dios cercano que se preocupa por el corazón de sus hijos!
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