Dado todos estos conflictos, desde El Día de la Furia, perdí algo:
mi identidad.
O la, llamada, identidad gebeuísta.
Al fin y al cabo, ¿qué es GBU?
¿o qué es la iglesia X o Y?
He pensado que hay algo mucho más importante tras todo esto:
El Reino de Dios.
Que al fin, en GBU, o en mi iglesia, soy un miembro del cuerpo de Cristo, o la llamada Iglesia, con mayúscula.
Y me pregunto:
¿Quién soy yo?
¿Cuál es mi misión en esta vida que Dios me ha dado?
¿Qué soy, luego de que lo que pensé que era se quebró, y luego de tan fuerte poda, que me dejó sin hojas?
Ahora, sin identidad ni misión clara, sólo me queda afirmarme en las promesas que Dios me ha dado, como Isaías 35... si es que es mía...
La alegría de los redimidos
1 Se alegrarán el desierto y el sequedal;se regocijará el desierto
y florecerá como el azafrán.
2 Florecerá y se regocijará:
¡gritará de alegría!
Se le dará la gloria del Líbano,
y el esplendor del Carmelo y de Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor,
el esplendor de nuestro Dios.
3 Fortalezcan las manos débiles,
afirmen las rodillas temblorosas;
4 digan a los de *corazón temeroso:
«Sean fuertes, no tengan miedo.
Su Dios vendrá,
vendrá con venganza;
con retribución divina
vendrá a salvarlos.»
5 Se abrirán entonces los ojos de los ciegos
y se destaparán los oídos de los sordos;
6 saltará el cojo como un ciervo,
y gritará de alegría la lengua del mudo.
Porque aguas brotarán en el desierto,
y torrentes en el sequedal.
7 La arena ardiente se convertirá en estanque,
la tierra sedienta en manantiales burbujeantes.
Las guaridas donde se tendían los chacales,
serán morada de juncos y papiros.
8 Habrá allí una calzada
que será llamada *Camino de *santidad.
No viajarán por ella los *impuros,
ni transitarán por ella los necios;
será sólo para los que siguen el camino.
9 No habrá allí ningún león,
ni bestia feroz que por él pase;
¡Allí no se les encontrará!
¡Por allí pasarán solamente los redimidos!
10 Y volverán los rescatados por el Señor,
y entrarán en *Sión con cantos de alegría,
coronados de una alegría eterna.
Los alcanzarán la alegría y el regocijo,
y se alejarán la tristeza y el gemido.
Aquel día que tuve que dar uno de mis primeros pasos a la especialidad de Biotecnología, la recibí.
Pero, con el tiempo, sentí que reflejaba mi vida: un desierto, seco y solitario.
No quiero seguir siendo un pámpano seco, amargo.
Una rama que sólo sirve para ser echada al fuego.
Quiero alegrarme y florecer.
Quiero conocer la dirección mi destino.
No aquella que yo pensé,
sino la que es en realidad.
La que Jesucristo ha determinado.
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