Apenas si es necesario destacar el hecho de que la capacidad de amar como acto de dar depende del desarrollo caracterológico de la persona. Presupone el logro de una orientación predominantemente productiva, en la que la persona ha superado la dependencia, la omnipotencia narcisiste, el deseo de explotar a los demás, o de acumular, y ha adquirido fe en sus propios poderes humanos y coraje para confiar en su capacidad para alcanzar el logro de sus fines. En la misma medida que carece de tales cualidades, tiene miedo de darse, y, por lo tanto, de amar.
No entiendo bien por qué esto ocurrió así en mí, pero a pesar de no haber desarrollado ninguna relación amorosa en este último tiempo, puedo ver que mi capacidad de amar se ha expandido, y ha madurado, a raíz de lo que dice el texto.
Por algún motivo, he aprendido a amar mejor al poder derramar mi persona hacia los demás, y ver que esto provoca que ellos crezcan, y yo junto con ellos. Al hacer esto me he llenado de gozo y satisfacción, contrario a otros sentimientos que rigeron tiempos anteriores míos, que son la tristeza y la frustración.
Sin embargo, quiero corregir lo que está escrito en azul: un cristiano puede experimentar la productividad y el amor de una forma aún mejor al
Adquirir fe en los poderes que Dios le ha entregado y valentía para poder ejercerlos confiando en que aunque fracase, será lo mejor para él porque Dios está con él.
Pues mi miedo a darme ha disminuído mucho, y me capacidad de amar se ha expandido. Y los que son cercanos a mí pueden dar cuenta de esto.
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