Un semestre donde la universidad me absorbe gran parte de mi tiempo
y mi tumulto interior gran parte de lo que queda.
Soñé...
Quise volar alto...
Pero ha sido estrellarse en el suelo una y otra vez
y morder el polvo.
Y me dije:
"no seré más pesimista, pensaré positivo, y confiaré en Dios para salir del hoyo en que estoy, y poder sanarme".
Pero cuán firme llegó esta afirmación
también llegó la prueba.
No puedo cumplir.
No doy lo mejor.
No puedo - algo me lo impide.
Ja - recuerdo con nostalgia aquellos años en los cuales vibraba con la misión, y a pesar del corto tiempo que me quedaba, todo salió bien (no sin terribles luchas).
Ahora... me siento en un punto frágil e inestable de mi existencia, donde no estoy seguro sobre qué hacer con mi vida.
No sé si seré capaz de sobrellevar el título de ingeniero, si no cumplo ahora.
Y... cómo voy a cumplir si me faltan las ganas...
Es como vivir sin la chispa que te tira adelante.
...
Pero toda noche oscura tiene su amanecer.
"lo mismo te son las tinieblas que la luz..."
¿Cómo era que decía?
Señor, tú me examinas,
tú me conoces.
Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto;
aun a la distancia me lees el pensamiento.
Mis trajines y descansos los conoces;
todos mis caminos te son familiares.
No me llega aún la palabra a la lengua
cuando tú, Señor, ya la sabes toda.
Tu protección me envuelve por completo;
me cubres con la palma de tu mano.
Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión;
tan sublime es que no puedo entenderlo.¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu?
¿A dónde podría huir de tu presencia?
Si subiera al cielo,
allí estás tú;
si tendiera mi lecho en el fondo del *abismo,
también estás allí.
Si me elevara sobre las alas del alba,
o me estableciera en los extremos del mar,
aun allí tu mano me guiaría,
¡me sostendría tu mano derecha!
Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas;
que la luz se haga noche en torno mío»,
ni las tinieblas serían oscuras para ti,
y aun la noche sería clara como el día.
¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
Salmos 139:1-12
Es cierto. No puedo huir de tu presencia.
Y no quiero, porque es lo único seguro que me queda.
Extrañamente, mi familia ha estado cerca.
Aún cuando eso también puede fallar, disfruto el momento.
Y mientras me preparo para sumergirme en mi lecho,
en esta fría noche de casi invierno,
sólo una frase condensa mi sentir:
"Ilumina mi noche".
Sé que todo lo oscuro que puede parecer este momento, en Ti, es luminoso, porque sabes qué es lo mejor para mí, y te agradezco.
Y, a pesar de estar triste, estás conmigo, mientras escribo estas palabras.
No siempre lo que parece bueno lo es.
Y no todo lo que parece malo es malo.
Ha habido situaciones peores, y me has sacado adelante.
¡Puedes hacerlo ahora también!
El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!»Lamentaciones 3:22-24